Níger es uno de los países del mundo más vulnerables al cambio climático. Durante los últimos años, los efectos del calentamiento global han tenido graves consecuencias sobre sus ya de por si escasos recursos naturales.
Los caudales de los principales
cursos de agua del país -el río Niger
en Niamey, el Komadougou Yobé en Bagara, y el Gobi de
Maradi a Nielloua- han sufrido importantes descensos. Las sequías recurrentes
que vive el país han supuesto el retroceso de zonas húmedas, la disminución de
la producción piscícola, la degradación de los hábitats y el aumento de los
incendios.
Los factores antrópicos y las variaciones climáticas hacen que cada año desparezcan aproximadamente 100.000 hectáreas de superficies forestales.
En este contexto, el Movimiento por la Paz -MPDL-, junto con las comunidades locales, está llevando a cabo un programa encaminado a recuperar y poner en valor el medio natural de las zonas en las que trabajamos.
La sensibilización sobre el cambio climático y la gestión sostenible de
recursos naturales, poniendo a su vez en valor la educación ambiental, es una de las labores que estamos realizando con las comunidades. Además de formación a población en general y a actores clave, como representantes institucionales y técnicos municipales, para mejorar las prácticas de gestión forestal como forma de frenar la sobreexplotación.

Hemos puesto en marcha, a su vez, técnicas agrícolas específicas para la conservación de la capa freática y la recuperación y valorización de las tierras degradadas y en desuso.
Con el objetivo de preservar los recursos naturales de la zona en la que intervenimos en la región de Tahoua, hemos conseguido recuperar para el cultivo 139,48 hectáreas de tierras erosionadas que han sido puestas a disposición de las y los productores en situación de mayor vulnerabilidad.
En el ámbito forestal, hemos iniciado procesos de Regeneración Natural Asistida en 538,45 hectáreas para aumentar la riqueza forestal de la zona. Y hemos formado a casi 400 hogares para la construcción y utilización de los llamados foyers améliorés, equipamientos que reducen el uso de leña en las labores diarias y reducen el riesgo de accidentes y de incendios. Según nuestros estudios, las familias que emplean estos equipamientos emplean siete veces menos leña que antes.
Por último, en colaboración con las comunidades locales, hemos llevado a cabo varias repoblaciones piscícolas en tres lagunas permanentes de su zona de intervención. Más de 13.000 ejemplares de especies locales han sido introducidas y protegidas para la reproducción y cría.
Todas las acciones han estado acompañadas de formación a las comunidades, así como de creación de comités locales encargados de gestionar la sostenibilidad de las actividades puestas en marcha y de sensibilizar a las y los miembros de la comunidad sobre la importancia de preservar los recursos ambientales de la zona.
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